Historias de la Biblia hebrea
CÓMO RUTH RECOGIÓ EN LA TIERRA DE BOOZ

Historia 49 – Rut 4:1-4:22
En el mismo periodo de los jueces de Israel, había un hombre de Belén en Judá llamado Elimélec, vivía con su esposa Noemí y sus dos hijos, Majlón y Quilión a diez kilómetros de Jerusalén. Hubo una época de hambre y Elimélec y su familia se fueron de Judá a la tierra de Moab al este del Mar Muerto. Ahí se quedaron por diez años. Y murió Elimélec, esposo de Noemí, y ella se quedó sola con sus dos hijos. Éstos se casaron con mujeres moabitas, una llamada Orfa y la otra Rut. Después de un tiempo, murieron también los dos hijos, y Noemí y sus dos nueras se quedaron viudas.

Noemí regresó a la tierra de Judá, porque allí se enteró de que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo al proveerle de alimento. Sus dos nueras amaban a Noemí y hubieran ido con ella aunque era de una tierra desconocida para ellas ya que eran moabitas. Entonces Noemí les dijo a sus dos nueras: “¡Miren, vuelvan cada una a la casa de su madre! Que el Señor las trate a ustedes con el mismo amor y lealtad que ustedes han mostrado con los que murieron y conmigo. Que el Señor les conceda hallar seguridad en un nuevo hogar, al lado de un nuevo esposo”.

Luego las besó. Pero ellas, desechas en llanto, alzaron la voz y exclamaron: “¡No! Nosotras volveremos contigo a tu pueblo”. Noemí insistió: “¡Vuelvan a su casa, hijas mías!” ¡Váyanse! Yo soy demasiado vieja para volver a casarme. Regrésense y sean felices con uno de su propia gente”. Luego Orfa se despidió de su suegra con un beso, pero Rut se aferró a ella y le dijo: “¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré a donde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí seré sepultada. Solamente la muerte me separará de ti”.

Al ver Noemí que Rut estaba tan decidida a acompañarla, no le insistió más. Entonces las dos mujeres siguieron caminando por el Mar Muerto y cruzaron el río Jordán, subieron a Judá hasta llegar a Belén. Noemí se había ido por diez años, y sus amigos la recibieron con alegría diciendo: “¿No es Noemí?” Ella respondió: “Ya no me llamen Noemí. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. Me fui con las manos llenas, pero el Señor me ha hecho volver sin nada. ¿Por qué me llaman Agradable? Llámenme Amargada”. El nombre de Mara significa, Amargura. Después se daría cuenta que Agradable sería un buen nombre para ella.

Había un hombre rico e influyente que tenía campos grandes de espigas que vivía en Belén llamado Booz de la familia de Elimélec. Era la costumbre en Israel que cuando se recogía el grano, debían de dejar los tallos para que los pobres recogieran las espigas que había quedado.

Rut salió y comenzó a recoger espigas en el campo, detrás de los segadores. Y dio la casualidad de que el campo donde estaba trabajando pertenecía a Booz, el pariente de Noemí. En eso llegó Booz desde Belén y saludó a los segadores: “¡Que el Señor esté con ustedes!” Ellos respondieron: “¡Que el Señor lo bendiga!” Booz les preguntó: “¿De quién es esa joven?” Uno de los hombres le contestó: “Es una joven moabita que volvió de la tierra de Moab con Noemí. Ella me rogó que la dejara recoger espigas de entre las gavillas, detrás de los segadores”.

Booz le dijo a Rut: “Escucha, hija mía, no vayas a recoger espigas a otro campo, ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criados. Ya les ordené a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve adonde están las vasijas de agua”. Rut se inclinó hacia la tierra para agradecerle por su bondad siendo una extranjera en la tierra de Israel. Booz le dijo: “Ya me han contado todo lo que has hecho por tu suegra desde que murió tu esposo; cómo dejaste padre y madre, y tu tierra. ¡Que el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces!”

A la hora de la comida, Booz compartió de su comida con Rut. Después cuando ella se levantó de comer para recoger espigas, él dio estas órdenes a sus criados: “Dejen caer algunas espigas de los manojos para que ella las recoja”. Esa noche Rut le enseñó a Noemí lo que había recogido en el campo de Booz y cómo él había sido muy amable con ella. Y Noemí le dijo: “Ese hombre es nuestro pariente cercano; quédate en sus campos para la cosecha”. Así que Rut se quedó en el campo de Booz para recoger espigas hasta que terminó la cosecha de la cebada de trigo.

Al final del tiempo de cosecha, Booz hizo un festejo en la era para aventar la cebada. Noemí le aconsejó a Rut que le dijera a Booz: “Usted es un pariente cercano de mi esposo y de su padre Elimélec. ¿Puede hacernos el bien y redimirnos?” Y cuando Booz vio a Rut, se enamoró de ella y la tomó por su esposa; Noemí y Rut se fueron a vivir a la casa de Booz. La vida de Noemí no estaba amargada, sino agradable. Booz y Rut tuvieron un hijo y le llamaron Obed; Obed fue el padre de Isaí, padre de David, el joven pastor que se convirtió en rey. Rut, la joven de Moab escogió la gente de Israel y su Dios, y se convirtió en la madre de reyes.