El libro de los Salmos
SALMO 127
Cantico para los peregrinos que suben al templo.
1 Si el Señor no es el que construye esta casa, los constructores trabajan en balde. Si el Señor no es el que protege esta ciudad, los guardias sólo pierden su tiempo.
2 Es en vano levantarse temprano, acostarse tarde tratando de trabajar. El Señor provee a los que él ama, hasta cuando ellos duermen.
3 Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa del vientre de la madre.
4 Los hijos de un hombre joven son como flechas en las manos de un guerrero.
5 El hombre que llena su aljaba con hijos, es muy bendecido. Nunca será derrotado cuando se enfrente ante su enemigo en las puertas de la ciudad.